“Imagínate que puedo mentir,
y, … se me escapa que te quiero.
Imagínate que tengo el poder,
de volverme más sincero.
Imagínate que el mundo va al revés,
y, … solo yo, te espero.
Imaginé un combate entre genios, un combate a tres en ficticio cuadrilátero de belleza.
En una esquina, Fredi Leis, misterioso y secreto, peso pluma, calzón sutil, compone, como si
de “disparos al aire“ se tratase, letras “fugitivas“ soñadas desde “Portobello“ y, “entre las velas“ las más hermosas, “estrellas fugaces“.
Y en la otra, dos pesos pesados de la arquitectura nacional, discretos, comedidos, proyectan
desde Pamplona, arquitectura arrogante e indiscutible, “íberos aularios“, “bellos museos para
leganenses y pepineros“, “brillante catálogo de viviendas sin igual“, …
Quiero una casa de Pereda …
F.N.
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